El auténtico rey de esta región
encantada es un fantasma decapitado que se aparece a lomos de un caballo.
(…)
Había
algo en el terco y opresivo silencio de aquel insistente compañero que
resultaba misterioso y desconcertante. Pronto quedó explicado. (…) La figura
del acompañante se destacó sobre el cielo, gigantesca y envuelta en un manto.
Ichabod se quedó aterrorizado al descubrir que no tenía cabeza, pero el pánico
se hizo aún más intenso cuando reparó en que esa cabeza, que debía estar sobre
sus hombros, se encontraba sobre la silla de montar, delante de aquel jinete
infernal.
(…)
“Si
puedo llegar al puente, estoy salvado”, pensó Ichabod.
En
aquel preciso instante oyó muy cerca de él los cascos de la negra cabalgadura
que lo perseguía, y hasta creyó sentir su cálido aliento. Otro golpe convulso
en las costillas y el viejo Pólvora saltó sobre el puente. Las tablas resonaron
bajo sus pisadas.
Desde
el lado opuesto, Ichabod miró hacia atrás para ver si su perseguidor, de
acuerdo con todos los relatos, desaparecía entre llamaradas de fuego y azufre.
Vio entonces que el fantasma se erguía sobre los estribos de su montura y se
disponía a lanzarle su cabeza. Ichabod intentó esquivar el horrible proyectil,
pero era demasiado tarde y alcanzó su cráneo con un fuerte impacto. Cayó al
suelo cuan largo era y apenas llegó a ver que Pólvora, el caballo negro y el
jinete fantasma pasaban a su lado, como una exhalación.
Fragmento extraído de
Cuentos de fantasmas. VVAA. Editorial Oxford
Cuentos de fantasmas. VVAA. Editorial Oxford
The chief part of the stories, however, turned upon
the favorite spectre of Sleepy Hollow, the Headless Horseman, who had been
heard several times of late, patrolling the country; and, it was said, tethered
his horse nightly among the graves in the churchyard.
On mounting a rising ground, which brought the figure of his
fellow-traveller in relief against the sky, gigantic in height, and muffled in
a cloak, Ichabod was horror-struck on perceiving that he was headless!--but his
horror was still more increased on observing that the head, which should have
rested on his shoulders, was carried before him on the pommel of his saddle!
To look upon its grass grown yard, where the sunbeams seem
to sleep so quietly, one would think that there at least the dead might rest in
peace.
They are given to all kinds of marvellous beliefs; are
subject to trances and visions; and frequently see strange sights, and hear
music and voices in the air.
The old country wives, however, who are the best judges of
these matters, maintain to this day that Ichabod was spirited away by
supernatural means; and it is a favorite story often told about the
neighborhood round the winter evening fire.
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