domingo, 3 de febrero de 2013

WASHINGTON IRVING: LA LEYENDA DE SLEEPY HOLLOW


             El auténtico rey de esta región encantada es un fantasma decapitado que se aparece a lomos de un caballo.
(…)
         Había algo en el terco y opresivo silencio de aquel insistente compañero que resultaba misterioso y desconcertante. Pronto quedó explicado. (…) La figura del acompañante se destacó sobre el cielo, gigantesca y envuelta en un manto. Ichabod se quedó aterrorizado al descubrir que no tenía cabeza, pero el pánico se hizo aún más intenso cuando reparó en que esa cabeza, que debía estar sobre sus hombros, se encontraba sobre la silla de montar, delante de aquel jinete infernal.
(…)
         “Si puedo llegar al puente, estoy salvado”, pensó Ichabod.
       En aquel preciso instante oyó muy cerca de él los cascos de la negra cabalgadura que lo perseguía, y hasta creyó sentir su cálido aliento. Otro golpe convulso en las costillas y el viejo Pólvora saltó sobre el puente. Las tablas resonaron bajo sus pisadas.
      Desde el lado opuesto, Ichabod miró hacia atrás para ver si su perseguidor, de acuerdo con todos los relatos, desaparecía entre llamaradas de fuego y azufre. Vio entonces que el fantasma se erguía sobre los estribos de su montura y se disponía a lanzarle su cabeza. Ichabod intentó esquivar el horrible proyectil, pero era demasiado tarde y alcanzó su cráneo con un fuerte impacto. Cayó al suelo cuan largo era y apenas llegó a ver que Pólvora, el caballo negro y el jinete fantasma pasaban a su lado, como una exhalación.



Fragmento extraído de 
Cuentos de fantasmas. VVAA. Editorial Oxford










 

THE LEGEND OF SLEEPY HOLLOW
 (Con la colaboración del Departamento de Inglés)

The chief part of the stories, however, turned upon the favorite spectre of Sleepy Hollow, the Headless Horseman, who had been heard several times of late, patrolling the country; and, it was said, tethered his horse nightly among the graves in the churchyard.


On mounting a rising ground, which brought the figure of his fellow-traveller in relief against the sky, gigantic in height, and muffled in a cloak, Ichabod was horror-struck on perceiving that he was headless!--but his horror was still more increased on observing that the head, which should have rested on his shoulders, was carried before him on the pommel of his saddle!


To look upon its grass grown yard, where the sunbeams seem to sleep so quietly, one would think that there at least the dead might rest in peace.


They are given to all kinds of marvellous beliefs; are subject to trances and visions; and frequently see strange sights, and hear music and voices in the air.


The old country wives, however, who are the best judges of these matters, maintain to this day that Ichabod was spirited away by supernatural means; and it is a favorite story often told about the neighborhood round the winter evening fire.


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